Mientras que la ortodoncia significa el control del movimiento de los dientes, la ortopedia dentofacial (dientes + rostro) implica la orientación del crecimiento y el desarrollo facial, los cuales suceden principalmente durante la niñez y la adolescencia.
En ambos casos se utilizan aparatos que permiten el movimiento dentario (generalmente brackets, los más conocidos en ortodoncia) combinados con otros aparatos especialmente diseñados para guiar el crecimiento facial según las anomalías faciales presentes.
La ortopedia dentofacial es esencial para corregir problemas en el desarrollo facial y dental, mejorando la función, la estética y la salud general del paciente. La capacidad de intervenir tempranamente hace que sea una herramienta valiosa para la prevención y corrección de una variedad de problemas bucales y faciales.
La ortopedia dentofacial no solo se centra en la salud bucal, sino que también contribuye a la salud general al abordar problemas que podrían afectar la respiración, la deglución y otros aspectos funcionales.
La ortopedia dentofacial tiene varios impactos positivos en la salud bucal y facial de los pacientes. Aborda maloclusiones, como mordida abierta, mordida cruzada, sobre mordida y apiñamiento, mejorando la alineación de los dientes y las mandíbulas.
La ortopedia dentofacial no solo busca corregir problemas funcionales, sino que también mejora la estética facial al lograr un equilibrio armonioso entre los componentes dentales y faciales.
